Conócenos

Somos un grupo de pobladores del municipio de Tulum, de diferente formación, experiencia y cultura, reunidos porque amamos Tulum y porque creemos que, organizados, tenemos la oportunidad, la capacidad y la responsabilidad de hacer de Tulum un lugar con vida social armónica y sostenible.

Orígenes de la Cooperativa Tulum Sostenible

Los actuales integrantes de la Cooperativa somos personas enraizadas en Tulum desde hace al menos 5 años. Algunos tenemos más de 30 años en la región. La organización se fue gestando a través de varias iniciativas que surgieron entre personas y organizaciones, iniciativas en donde hubo coincidencia de objetivos, todos ellos relacionados con la problemática que ya venía padeciendo Tulum, con un crecimiento acelerado, desordenado y depredador.

Es importante destacar que el actual Tulum es un municipio poblado de manera reciente por personas de los diferentes rumbos del país y también del extranjero, que buscan una fuente de ingresos, dado el desempleo rampante, principalmente en los estados del sur y sureste mexicanos. Somos una sociedad de migrantes que hemos avasallado a la pequeña comunidad maya local, la cual hace apenas 25 años era un poblado de no más de 500 personas.

Hacia 1995 se tuvo participación en el ejercicio del ordenamiento territorial del corredor Tulum-Cancún, donde pudimos conocer de cerca la problemática generada por un modelo económico voraz, que buscaba rendimientos altos y de corto plazo, al costo social y ambiental que fuera.

Pudimos darnos cuenta de la forma en que se quería utilizar las tierras ejidales (de posesión colectiva) de Tulum para establecer una gran ciudad proyectada para medio millón de habitantes en un horizonte de unos 25 años. Por fortuna eso no sucedió, hasta ahora, aunque el modelo y las expectativas de los inversionistas siguen vigentes. Lo que ha frenado un poco el crecimiento han sido externalidades como pandemias (influenza, covid), crisis económicas globales (2008), huracanes, terrorismo global (torres gemelas).

Desde ese primer ejercicio de planeación participativa del primer ordenamiento territorial aplicado en nuestro país, seguimos participando en nuevos ejercicios de planeación, ahora a nivel de los Programas de Desarrollo Urbano (PDU) y de los comités mixtos que se fueron instalando, en las diferentes áreas de la administración pública, por la presión de las organizaciones sociales.

En el sector ambiental se logró crear un comité de ecología que, con altibajos, ha logrado abrirse un espacio en donde se abordan las problemáticas y se proponen políticas públicas y acciones. Por ejemplo, el municipio cuenta ahora con un Reglamento de Ecología y Mitigación y Adaptación el Cambio Climático, que fue una reiterada demanda de la sociedad civil.

Una iniciativa muy importante se planteó establecer la Contraloría Ciudadana para aprovechar esta nueva figura en la tarea de vigilar el ejercicio del gasto público y las prácticas corruptas al interior de las dependencias municipales, principalmente las relacionadas con el crecimiento urbano.

La iniciativa fue asumida por la administración pública pero sólo de manera formal, mientras en el fondo se bloquearon sus verdaderos objetivos y tareas.

Esta figura de la Contraloría Ciudadana fue creada, supuestamente, para democratizar el ejercicio de la administración pública, derivado de compromisos internacionales firmados por nuestro país. Como pasa con muchos de estos compromisos que México suscribe, se quedan en el papel mientras no existe la presión social para activarlos.

En todo este proceso, se fue gestando la integración de un pequeño grupo formado por quienes estábamos activamente participando en las iniciativas arriba descritas. Fueron diversos los intentos de integrar un grupo formal.

Hacia el año 2010 surgieron varias iniciativas para trabajar en el modelo de turismo para Tulum, sobre todo tratando de evitar los procesos de depredación ambiental e inequidad social que se presentaron en Cancún y en Playa de Carmen.

Se realizaron conferencias, encuentros, coloquios, en los cuales participaron las empresas, las OSC, los colegios de profesionistas y el gobierno. Hubo incluso una declaratoria de Unidos por Tulum en la cual se establecieron los principios para detener el deterioro ambiental y conducir a Tulum en la perspectiva de la sostenibilidad. El documento final fue firmado incluso por el gobernador en turno. Pero una vez firmado por todos los sectores involucrados, no hubo un verdadero compromiso con los principios establecidos y el deterioro del destino turístico siguió adelante. Ni empresarios ni gobierno actuaron de forma congruente, mientras en las organizaciones sociales crecía el descontento y la preocupación.

El pequeño grupo de activistas, ya con una experiencia de trabajo de más de 10 años, decide intentar una nueva estructura de organización ciudadana al crear la Red Comunidad Tulum, convocando a un numeroso grupo de personas, la mayoría integrantes de organismos de la sociedad civil o de la iniciativa privada. Se trabajó en la elaboración de una Agenda con las problemáticas que el grupo planteó como las prioritarias: desarrollo urbano, seguridad, medio ambiente. Esta Agenda necesitaba mucho trabajo y una visión de mediano y largo plazo para poder penetrar y esto desanimó a mucha gente, de tal forma que la energía se fue diluyendo. Al final, quedamos el mismo pequeño grupo de siempre y entonces surgió iniciativa de integrar una Red que tuviera como su centro de atención la problemática de la sostenibilidad de Tulum como proyecto de destino de turismo sostenible. La respuesta fue muy buena. Tulum había alcanzado ya la madurez para un organismo ciudadano. Durante más de un año tuvimos reuniones semanales donde fueron generadas varias iniciativas de trabajo, como darnos a la tarea de hacer demandas para frenar la depredación del manglar. Para ello obtuvimos la asesoría especializada y pudimos bombardear a la autoridad con demandas bien sustentadas técnica y jurídicamente, lo que obligó a la autoridad a responder. Encontramos que, en muchos casos, estas demandas sólo sirvieron para que los inspectores se favorecieran con “mordidas” o con clausuras simuladas, ya que algunos establecimiento sancionados y clausurados siguieron operando.

Actualmente, la Red está vigente. Su mejor expresión, en tiempos de la pandemia, es un grupo de chat muy activo en el que surgen y se desarrollan diferentes iniciativas y se ventila información sobre la problemática.

Todo este proceso también llevó a la idea de crear una organización núcleo, precisamente integrada con los activistas más persistentes y comprometidos. Esta integración también generó un grupo con especialidades y talentos diversos y complementarios. Se decidió crear una sociedad cooperativa ya que nos pareció que era la mejor figura para existir de manera formal. Esto nos permitiría funcionar como un organismo social con derechos y también como una empresa social ya que la perspectiva es que los integrantes funcionemos como consultores en los diversos temas sociales y ambientales relacionados con la sostenibilidad de Tulum como: sistemas de tratamiento de aguas residuales para evitar la contaminación del acuífero, establecimiento de prácticas de buen manejo de residuos sólidos, certificación de prácticas sostenibles en empresas turísticas, desarrollo comunitario, incidencia en las políticas públicas, participación en los espacios de planeación y toma de decisiones.